domingo, 16 de octubre de 2011

La historia natural del perro

"Los animales no son hermanos, no son súbditos; son de otra galaxia, atrapados con nosotros en la red de la vida y del tiempo".
               Henry Beston
Existen muchas leyendas populares sobre la aparición del primer perro. Según los indios Kato de California, el dios Nagaicho creó el mundo.       En primer lugar erigió cuatro columnas enormes en cada extremo del cielo para sostenrlo en alto y dejar la Tierra al descubierto. Después inició un paseo por el nuevo mundo y se dispuso a crear elementos con el fin de llenarlo. Este mito especifica cómo el hombre y la mujer fueron hechos de tierra, cómo  los pies de Nagaicho excavaron los ríos y afluentes, cómo creo cada animal  y lo ubicó en el mundo en su lugar apropiado; todos los animales excepto el perro. En ningún episodio de la leyenda aparece  Nagaicho, el demiurgo, creando al perro. Nagaicho, al emprender su paseo, se llevó un perro con él: Dios ya tenía perro. Por lo visto, para los Kato, la idea de un humano  paseando sin un perro era tan impensable como insólita. El perro siempre había estado aquí.
El encanto de este mito es que contiene un elemento de verdad en el sentido de que la relación de la humanidad con los perros es anterior a los primeros vestigios de la civilización. Pues, al parecer, los primeros animales domésticos fueron los perros, y su domesticidad se dio miles de años antes que la de otros animales (las vacas y/o el reno).
Las pistas de los primeros perros son vagas.  El primer fósil de perro doméstico que se encontró (una mandíbula con algunos dientes) data de hace catorce mil años. Este perro era el compañero de un grupo de humanos del Paleolítico (antigua Edad de Piedra), que viviía en cuevas en una parte del mundo que hoy llamamos Iraq.
A simple vista, catorce mil años, quizás no paresca mucho tiempo, pues, los dinosaurios anduvieron por la Tierra hace ciento cincuenta millones de años. El Homo sapiens, no apareció hasta hace trescientos mil años. El hombre de Neanderthal todavía habitaba en Europa hasta hace cuarenta mil años, y la primera especie humana físicamente no diferenciable de nosotros apareció hace treinta o treinta cinco mil años. Los habitantes de Asia cruzaron el estrecho de Bering con el objetivo de ocupar las Américas por primera vez hace veinticinco mil años. Es interesante destacar que la primera muestra de agricultura organizada sólo cuenta con diez mil años de existencia, cuatro mil años después de la aparición de la prueba más antigua que demostraba que los perros habían entablado relaciones con los humanos.
Dentro del mismo período de tiempo (hace catorce mil años), se sitúa otro hallazgo arqueológico que indica que los perros sevían de guardas y de animales de compañía. En una excavación llevada a cabo al sur de Europa se encontró el esqueleto de una niña de la Edad de Piedra. Estaba enterrada en posición casi fetal y alrededor de la niña se encontraban cuatro perros orientados hacia distintas direcciones. Es difícil dejar de pensar que estos animales desempeñaban la función de guardas del amado dueño que había tenido que viajar a los infiernos a una edad tan temprana.
Los testimonios que demuestran la existencia de la relación entre perros y seres humanos provienen de muchos lugares. En América los perros compartían la morada con los humanos hace once mil años, en dinamarca, existían dos razas distintas de perros domésticos de disferentes tamaños. Otra de las pruebas de esta relación data del mismo período y proviene de China. Por lo tanto, hace cien siglos los perros ya se habían extendido por todo el globo, y, en cada región que ocupaban, se relacionaron con el hombre.

Reseña tomada de:La inteligencia de los Perros. stanley Coren. Ediciones B,S.A., 1995

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