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jueves, 25 de julio de 2013

El 76 por ciento de los propietarios de perros besa a su mascota al menos una vez al día

Actualizado: 11/07/2013 | Por europapress.es


El 76 por ciento de propietarios de perros confiesa que, al menos, besa a su mascota una vez al día y 8 de cada 10 niños ha asegurado que prefiere jugar con su gato o con su perro antes que con videojuegos, según el Primer Análisis del Observatorio Fundación Affinity sobre el vínculo entre personas y animales de compañía.
El 76 por ciento de los propietarios de perros besa a su mascota al menos una vez al día
MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Según este estudio, el 63 por ciento de los propietarios de mascotas le dice a su perro cosas que no le comparte con nadie más. En total, el 46 por ciento de los hogares españoles convive con una mascota y 9 de cada 10 propietarios confían en que si todos le abandonasen, su perro seguiría a su lado.
Además, la mayoría (8 de cada 10) señala que su perro es un motivo para levantarse cada día. El estudio destaca los fuertes lazos afectivos de los amos y sus mascotas. El observatorio está formado por distintos estudios en los que ha participado la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud del departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
El documento concluye que el papel de las mascotas va mucho más allá del animal de compañía, ya que nueve de cada diez personas destaca que su perro "siempre está ahí cuando necesita consuelo, afecto, seguridad o motivación" y tiene la certeza de que seguiría siempre a su lado de forma incondicional. En ese sentido, un 70 por ciento de los encuestados afirma que su perro le da compañía "constante". Concretamente, el 85 por ciento de la abrazos y el 76 por ciento, besos, a diario.
El estudio constata los "beneficios" de convivir con un perro o un gato superan "con creces" la responsabilidad que implica su cuidado. De este modo, más de un 75 por ciento estima que ocuparse de su perro es una tarea fácil.
Por otro lado, el 54 por ciento de las personas se lleva su perro a visitar a sus amigos por lo menos una vez por semana, mientras que el 84 por ciento juega con él cada día y el 90 por ciento ve la tele acompañado de su mascota.
La investigación refleja que los propietarios de perros van un 15 por ciento menos al médico y señala que los hombres con mascota tienen menos colesterol, triglicéridos y tensión arterial que los que no tienen animal de compañía. Mientras, las mujeres de más de 40 años con mascota tienen menor tensión arterial que las no propietarias.
LOS NIÑOS, UN VINCULO ESPECIAL
Respecto a la vinculación de los niños con sus mascotas, el observatorio apunta a una conexión "especialmente fuerte" y 8 de cada 10 niños entre 9 y 12 años prefieren jugar con sus mascotas que con videojuegos. Además, los lazos afectivos con el animal de compañía son los que mejor les hacen superar la sensación de miedo o tristeza, pues el niño recurre de forma habitual a su mascota para abrazarla y encontrar alivio en estas situaciones.
Este comportamiento se repite cuando al niño se le presenta un problema, ya que busca a su perro o gato como fuente de consuelo en la misma medida que a sus padres.
Por tanto, los datos concluyen que teniendo en cuenta que casi la mitad de los hogares españoles conviven con animales de compañías, su presencia en las familias representa una fuente importante de salud y bienestar.
El informe revela que las adopciones han aumentado, pero la cifra de abandono se mantiene constante. Concretamente, los motivos más habituales para el abandono de animales de compañía son las camadas indeseadas (18,6%); factores económicos (14,5%), pérdida de interés por el animal (9,9%), fin de la temporada de caza (8,9%) y los problemas de comportamiento del animal (8,6%).
En España se recogieron en torno a 110.000 perros en 2012, una cifra muy similar a la de años anteriores. En cuanto a los gatos, en 2012 se recogieron unos 33.000, lo que supone un leve descenso. Mientras, el dato "más positivo" es un incremento de las adopciones lo que apunta mayor sensibilización y solidaridad hacia los animales que se encuentran en los centros de acogida.
Concretamente, en 2008 se adoptaba en torno a un 30 por ciento de los animales de compañía, mientras que en 2012 este porcentaje ha aumentado hasta el 50 por ciento en el caso de los perros y hasta un 40 por ciento en los gatos.

sábado, 18 de febrero de 2012

El concepto "mejor amigo del hombre"

El concepto “mejor amigo del hombre” se pierde en el tiempo y la dualidad hombre-perro es algo que forma parte de nuestra naturaleza con tanta fuerza como la que imponen nuestros genes.
Una vinculación y arraigo tan poderoso del perro hacia lo humano lo convierte en un elemento cultural de primer orden cuando tratamos de reconocer nuestra propia naturaleza más allá de la expresión escrita.


Figura 1. Imagen tradicional de la entrada del hombre en el continente americano. Bandas de cazadores-recolectores que penetran al continente en busca de presas.


Estemos conscientes de ello o no, el perro es una especie que desde hace muchos milenios es un reflejo directo de las culturas en las que existe, de las gentes con las cuales convive, del ámbito familiar. De esta forma su estudio y el conocimiento que podemos derivar de ello se convierte en un interesante banco de información para su uso en diversas ciencias.Por ejemplo, la antropología.
Figura 2.Esta imagen, ajustada a la información actual debe incluir dentro de grupo a los perros.
visto en: http://www.arqueobolivia.com/revistas/21_41-1125002180.pdf

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Las formas de la posesión : solidaridad y compañía

Las formas de la posesión: solidaridad y compañía

POR Ximena de la Cueva

Por más que disimules, un abismo
serás como también el yo saberte
conmigo aquí en lo que llamamos mundo.
—Eliseo Diego—


Habitar los espacios, sean casas o transportes, desplazarse por sitios públicos, permanecer casi inmóvil en un sillón… todas actividades que adquieren un ambiente y un carácter peculiar si se llevan a cabo con un compañero. Eso es real y evidente si se analiza de cerca y con atención la conducta de las personas con mascotas. La elección de este compañero puede partir de las más diversas concepciones del mundo y necesidades específicas, desde las más físicas hasta las que involucran cuestiones subjetivas (aunque con bases físicas, finalmente) y por lo tanto, las preferencias individuales. Sea la búsqueda de mejorar la salud, la sustitución de afectos, la animadversión y hasta las alergias, todas estas motivaciones y muchas más pueden estar en la base germinal de las relaciones entre los humanos y las mascotas o los animales domésticos; particularmente en aquellas donde el vínculo afectivo se vuelve más que estrecho, inamovible y tan amplio, que cubre casi la totalidad de la cotidianidad de la persona.

Si el maíz y el trigo están domesticados…

El nexo entre ciertas especies animales y los grupos humanos inicia con la búsqueda de satisfacer necesidades alimenticias y facilitar el trabajo para obtener recursos económicos, y aquí dejamos la idea a la imaginación del lector, pues en la memoria puede aparecer el texto de Claude Meillasoux Mujeres, graneros y capitales, y a veces resulta inconveniente que al hablar de recursos económicos antiguos o modernos, surjan las mujeres y los capitales relacionados.
A partir de la conformación de esta serie de relaciones, algunos animales pasaron a ser parte de la cotidianidad doméstica en las sociedades sedentarias o seminómadas y aunque hay evidencias óseas de la presencia de animales de compañía en grupos muy antiguos, así como en algunas pinturas rupestres, los estudios y la información más abundante parte de las agrupaciones para las que la domesticación revolucionó de manera drástica sus bases económicas y en consecuencia, las relaciones más subjetivas y superestructurales que podamos pensar y conocer, por ejemplo las que acercan o alejan a los individuos de ciertas especies animales.
Aquí es donde empieza a definirse una línea divisoria fundamental; el camino de la comparsa siguió su construcción y al pasar los milenios, las gallinas, las vacas, los caballos, y por supuesto, los perros y los gatos dejaron de pensarse como “animales”, en el sentido de seres libres, peligrosos o no, pero básicamente diferentes a nosotros como grupo y como individuos. Sin embargo, los primeros en raras ocasiones son identificados como mascotas, pues la base de su presencia en las casas es económica o de ayuda para cuestiones laborales. Los que viven al interior del hogar y aquellos con quienes se comparte prácticamente el día entero, pasaron a ser miembros de la familia y los animales “de granja” ni siquiera tienen rostro para la enorme cantidad de habitantes de las ciudades, que se limitan a consumir cuantos productos salgan de ellos.

Una casa medio llena

Los seres que llamamos mascotas son importantes más allá de su presencia cotidiana, y es posible pensar que todo inicia con la, en apariencia, simple decisión de cuál de todas las posibilidades de existencia compartirá nuestros dramas, prejuicios, camas y familia. El origen de la palabra, según los expertos, está en el francés mascotte, que en el sur de Francia se usaba para referirse a objetos que por efecto apotropaico (1) (por contacto con ellos), originaban situaciones positivas, léase buena suerte; es decir, funcionan a manera de talismanes, que reprimen y alejan “lo malo”. Y ya dentro del diccionario, una mascota es un animal de compañía, es decir, que no se le tiene con fines alimentarios o de trabajo.
Aunque se supone que los animales preparados para ser compañía y auxiliar a las personas con diferentes problemas de salud, tienen la misión de simplificar las actividades cotidianas de estos enfermos, la suma de sensaciones que generan son situaciones relacionadas con la solidaridad, lo que se suma al apoyo físico que brindan y para lo que están entrenados.
Puede llamársele fascinación, superstición sensual o simple análisis estético, lo cierto es que Borges, Baudelaire, Neruda, Lizalde, y los que ustedes nombren, escribieron al menos un poema a los gatos o a la cualidad de ser felino. Eso sin mencionar a los de T. S. Elliot y la relevancia de estos cuadrúpedos en la vida de Carlos Monsiváis. Y aunque aquí se nos pueda acusar de herejía poética, tal vez sea posible relacionar ese contacto cercano como ejemplo de que son fuente de aprendizaje, y de que son capaces de apoyar a cualquier “dueño”, en etapas críticas de inestabilidad emocional.

Química y emoción

Por otro lado, está la suma de ideas negativas en contra de ciertas especies. Volvamos a los gatos. La Inquisición alentó la llamada “caza de brujas”, y como parte de esa forma de juzgar y reprender, el papa Inocencio VIII y su bula de 1484, consiguieron establecer como habituales los sacrificios de gatos durante las fiestas populares, pues también se le hacían acusaciones. Además de ayudar a Lucifer, a los felinos, sólo a los domésticos, se les consideraba culpables de una infinidad de males, así que para terminar con ellos había ritos para quemarlos, entre otras atrocidades. Al parecer, la Noche de San Juan era una de estas fiestas abrasantes en las que se les incluía como parte de la hoguera.
Dejando de lado esa oscuridad religiosa, pero sin separarnos demasiado, veamos ahora la relevancia de las mascotas, por el aparentemente simple hecho de nombrarlas. A los caballos se les pone nombre, pero no a los cerdos o gallinas que serán parte de las ventas o de la mesa una tarde de invierno. Las denominaciones, nuevamente nos llevan al terreno de lo adámico y la posesión; dios le dio a ese primer hombre bíblico, la orden de nombrar a cada ser con el que compartía el espacio vital para ayudarlo a aprehender su entorno paradisiaco. Y es probable que este sea el primer ejemplo de que el contacto cercano con ciertos animales (de los que seguramente Adán tenía un par), refuerza la inteligencia emocional, de los humanos, por supuesto.
En definitiva, un humano es diferente por el simple hecho de decidir compartir su vida y su espacio con estos seres que el encuentro los hará compañeros, pues desde cualquier ángulo, ofrecen mucho más que onomatopeyas y recuerdos capilares.

(1) El concepto viene de de apotropein, que significa alejamiento, que traducido a esta cuestión específica puede verse como una especie de barrera en contra de elementos, contextos y circunstancias negativas.

martes, 22 de noviembre de 2011

De los perros de las guerras

Éste artículo versa sobre este animal, el perro, a lo largo de la historia, hasta bien entrado la edad media, y su empleo por el hombre como arma de guerra; para rematar en una relación con el texto de Soledad Acosta de Samper “Perros de la Conquista”.
De la revisión del archivo personal de Daniel Mesa Bernal, que llegó a la Sala Antioquia de la Biblioteca Pública Piloto el año pasado, encontramos un artículo de prensa del suplemento Lecturas Dominicales, de El Tiempo, del 30 de diciembre de 1962, página 6, titulado “Los animales en la historia: El Perro. Los Mastines combatieron contra César” por Guilio Colombo, con versión de Pedro Cavallazzi Soriano.
Lecturas Dominicales, de El Tiempo, del 30 de diciembre de 1962, página 6, titulado “Los animales en la historia: El Perro. Los Mastines combatieron contra César” por Guilio Colombo
Lecturas Dominicales, de El Tiempo, del 30 de diciembre de 1962, página 6.
Lecturas Dominicales, de El Tiempo, del 30 de diciembre de 1962, página 6.

 Este artículo hace un recuento del empleo del perro en combates a lo largo de la historia. Al terminar de leerlo recordé el pequeño texto, leído hace tiempo “Perros de la conquista” de Soledad Acosta de Samper, artículo aparecido en su libro Biografía de hombres ilustres o notables, de 1883.
Pero antes un pequeño antecedente extraido de Konrad Lorenz [1], quien nos dice que en la transición del paleolítico al neolítico -entiendase mesolitico, 10000 a.C hasta 5000 a.C.-, el perro era ya un animal doméstico, el llamado perro de las turberas, procedente del chacal dorado (canis aureus)
“Cabe suponer que el hombre entonces, justo en el período  en que pasó a vivir en palafitos[•], tomara consigo algunos ejemplares del chacal particularmente mansos, todavía no domésticados por completo, pero, en cambio, excelentes cazadores y, como tales, de gran valor para él, y los convirtiera en animales domésticos en el verdadero sentido del término.” [2]
Desde entonce se da un proceso de relación mutua, hasta que el hombre entró en combate con sus similares y se dió cuenta de las ventajas de aquel noble animal.
EL PERRO. ARMA DE COMBATE
Para el combate el perro supero en varios aspectos a muchos otros animales, como el caballo o el elefante, pues “Infiltrándose en las líneas enemigas, ha sabido distinguir al adversario mejor que el caballo y el elefante; allí siembra el desorden y el pánico con la ferocidad guerrera de su aspecto, y es resistente a las heridas, en tanto que se hace más feroz con el dolor y se incita más y más con el olor de la sangre.” [3]
En: http://www.elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?f=45&t=15728

Nos dice Colombo que Aliatto, rey de Lidia en 618 a.C., figura entre los primeros que adiestraron canes para el combate, llegando a constituir batallones de dogos. Se desprende igualmente que Ciro los utilizó en sus diversas batallas. Otros reyes que actuaron igual fueron: Atila, el rey Huno en 451 a.C., quien se hacía acompañar por galgos que empleaba principalmente como centinelas, en vez de combatientes. Filipo II de Macedonia con ayuda de mastines pudo, en 359 a.C., desalojar a los tracios de los bosques donde no podían penetrar con caballos. Jerjes en su campaña contra Grecia en 480 a.C., empleo dogos, que fueron decisivos en el enfrentamiento o choque cuerpo a cuerpo “soltándolos solo a una distancia muy cercana para que no se dispersaran durante el ataque y manteniéndolos ocultos hasta lo último detrás de los escudos de dos filas de soldados.”  En 101 a.C., el cónsul romano Caio Mario casi pierde la batalla de Vercelli por una horda de mastines comandadas por mujeres. Cesar durante su desembarco en las costas británicas se vio obstaculizado por  cuadrillas de mastines adiestrados por los isleños.
Sobre los griegos refiere que “[…] amaestraron a los perros para el combate en formación bélica, con arte y disciplina, y los mastines decidieron por su propia fuerza el éxito de algunos combates inciertos.”
Más adelante dice “Los legionarios romanos, a su vez, maestros en el arte de la guerra, por norma prefirieron confiar más en su escudo y en el arte de manejar la espada en el combate cuerpo a cuerpo, dejando a sus perros el encargo de distraer y estorbar a los enemigos.”
PROTECCIÓN DEL PERRO
En principio el perro combatió  inerme, sin ninguna clase de defensa, solo con sus propias armas. Los asirios fueron los primeros en planear la manera de protegerlos durante el combate. En el 60 a.C., Estrabón[•] define “ ´giaco´ una especie de cota metálica para protección del tronco” que les ponían para tal fin. Posteriormente los galos
“construyeron autenticas corazas para sus gigantes auxiliares de combate, corazas ensambladas con lamina de metal unidas y dispuestas en tal forma que no impedían la agilidad de los movimientos, y junto con la coraza también un collar erizado de clavos afilados y hojas cortantes. En Medioevo los celtas renovaron este sistema de protección transformando a sus dogos en auténticos acorazados con collares puntiagudos. Adornando con líneas la armadura y, sobre todo, adaptando al collar una larga espada afilada, colocada hacia delante a modo de lanza, que resultaba mortal para los caballos.”
Esta característica se observa en posteriores periodos de la historia. En la guerra que libraron Carlos V de España y Francisco I de Francia, aquel empleo 800 sanguinarios San Uberto dispuestos por Enrique VIII “[…] fueron ellos los que, en la batalla de Valencia, protegidos con corazas de acero y amaestrados para luchar contra la caballería, desconcertaron a los franceses.”
En: http://lafolklorica.blogspot.com/2010/08/salamancas-y-caminos-los-perros.html
Por otro lado es menester mencionar el reconocimiento de que fueron objeto estos animales, nuevamente se menciona a Aliatto quien fue probablemente “[…] el primero en instituir los cargos oficiales para la administración de las vituallas de la tropas caninas, con equipajes bien provistos y bueyes para carne en el sequito del ejercito.” En 480 a.C., en la batalla de Salamina, “[…] un perro se distinguió de tal manera que mereció ser sepultado en Atenas con públicos honores.” Igualmente “El dogo ´Hircanus´ del rey de Tracia, Lisímaco, muere combatiendo en defensa del amo en la batalla de Cyropedion, en el 326 a.C., y es públicamente rodeado de honores.” Más recientemente Napoleón “[…] organizador minucioso de sus tropas, no se olvidó de dotarlas de perros.” Y así se pueden mencionar varios ejemplos, hasta bien entrado el siglo XX.
OTRAS FUNCIONES
 No solo como combatientes se distinguieron los perros, también como  estafetas y porta-ordenes, “En este caso se hacía ingerir a los animales los pergaminos que debían llevar más allá de las líneas enemigas, los cuales eran recuperados por los destinatarios sacrificando al mensajero.”
Así mismo fueron empleados para dar caza a enemigos. La reina Isabel  dio cacería a irlandeses y enemigos del protestantismo con tropas de sabuesos. Durante el periodo de la conquista en América, los conquistadores se sirvieron de perros  para perseguir a los indígenas. “La acción de estos sabuesos, ya expertos en seguir a los esclavos, no fue bélica, sino que se redujo a una sangrienta persecución de fugitivos inermes. De entre estos perros se distinguió uno por su furor y crueldad, llamado ´Becerrillo´” Característica esta que se tratara más adelante.
Otro uso del perro en combate fue y es como auxiliar de salud “El pintor Jean Bungartz tuvo la idea, a principios del siglo pasado (XIX) de usar el olfato y el instinto naturales del perro en la búsqueda de heridos en el campo de batalla.”
RETOMANDO…

De lo anterior, especialmente cuando se mencionó al perro durante la conquista, retomo a Soledad Acosta de Samper en su texto referente para el siglo XIX Biografías de hombres ilustres ó notables. Relativas á la época del Descubrimiento, Conquista y Colonización de la parte de América denominada actualmente EEUU de Colombia, obra destinada al servicio de la instrucción pública, publicado en 1883, en Bogotá por la Imprenta de La Luz. (Clasificación en la Sala Antioquia 920.71. A185). En un artículo presentado al final del texto pregunta ¿Parecerá acaso inoficioso y tal vez hasta irrespetuoso para con nuestros antepasados, los conquistadores del suelo patrio, el mencionar al fin de esta obra los nombres de algunos perros que se hicieron famosos en la Conquista? Respondiéndose que la idea es la de instruir y en ello cabe tratar “aunque sea de paso, de algunos perros cuya cruel ferocidad tuvo mucha parte en la reducción de indígenas americanos.”[4]
 Los perros que existían aquí a la llegada de los españoles eran mudos y solo se empleaban como compañía y en las cacerías. Se pregunta la autora si los españoles empleaban perros durante sus guerras, creo que por lo expuesto arriba es de suponer que España durante su poderío en Europa hizo uso de tal elemento bélico, transportando ejemplares al nuevo mundo.
“Los perros de los conquistadores eran de raza de alanos, es decir, mestizos de dogo y mastín”. De los más conocidos fueron Becerrillo, ya mencionado arriba y Leoncico. Refiere así esta autora a Becerrillo
“[…] era enorme, salpicado de manchas negras sobre un fondo rojo, la nariz negra y los ojos rodeados de pelo negro. Era tan apreciado por su ferocidad que se le daba doble ración, y su amo recibía sueldo por los servicios de su perro. Era tan inteligente que distinguía los indios mansos de los alzados. […] Después de muchos años de servicios, Becerrillo murió de resultas de una flecha envenenada que le dispararon los Caribes en un combate, y que atravesó la colcha forrada en algodón que siempre le ponían sobre el cuerpo para evitar las flechas enemigas.”[5] 
De esto se desmiente lo anterior que solo fueron para caza, pues en la nueva tierra la persecución de indígenas de implícito por lo general incluía un combate.
En: http://www.sindramas.com/phpBB3/viewtopic.php?f=9&t=25007&view=previous

Sobre Leoncico, famoso perro de Balboa, dice que fue hijo de Becerrillo, “[…] el cual recibía la paga de un oficial, y combatió al lado de su amo en todos los encuentros que tuvo con los Indios del Istmo de Panamá.”
También refiere para la región de Santa Marta a Amadís, cuyo dueño fue un tal Francisco Castro “[…] el cual hacía parte de todas las expediciones contra los desgraciados aborígenes. […] Cuando Gonzalo Jiménez de Quesada vino a la conquista del Imperio Chibcha, no trajo perros en la expedición; pero a la llegada de Federmann y de Belalcazar estas fieras participaban en todas las guerras contra los indígenas que después se rebelaron contra los españoles, y aquellos infelices tenían más horror á un alano cebado á matarles, que á un regimiento de arcabuceros.” [6]
Juan de Dios López Cano
Referencias
 [1] Lorenz, Konrad. Cuando el hombre enconro al perro. Ediciones Naciones, Circulo de Lectores Ltda. Bogotá. 1976.
[•] Viviendas construidas y apoyadas sobre pilares y estacas.
[2] Lorenz, Konrad, op cit, p 21.
[3] De aquí en adelante la información es sustraída de Colombo, Guilio “Los animales en la historia: El Perro. Los mastines combatieron contra César.” Lecturas Dominicales, El Tiempo, 30 de diciembre de 1962, p 6.
[•] Geografo e historiador griego, nacido en Amasia Ponto, en el periodo aproximado 64 a.C – 19 d.C.
[4] Acosta de Samper, Soledad. Biografías de hombres ilustres o notables. Imprenta de la Luz. Bogota. 1883. p 442.
[5] Ibid, p 443.
[6] Ibid, p 443-444.

domingo, 16 de octubre de 2011

La historia natural del perro

"Los animales no son hermanos, no son súbditos; son de otra galaxia, atrapados con nosotros en la red de la vida y del tiempo".
               Henry Beston
Existen muchas leyendas populares sobre la aparición del primer perro. Según los indios Kato de California, el dios Nagaicho creó el mundo.       En primer lugar erigió cuatro columnas enormes en cada extremo del cielo para sostenrlo en alto y dejar la Tierra al descubierto. Después inició un paseo por el nuevo mundo y se dispuso a crear elementos con el fin de llenarlo. Este mito especifica cómo el hombre y la mujer fueron hechos de tierra, cómo  los pies de Nagaicho excavaron los ríos y afluentes, cómo creo cada animal  y lo ubicó en el mundo en su lugar apropiado; todos los animales excepto el perro. En ningún episodio de la leyenda aparece  Nagaicho, el demiurgo, creando al perro. Nagaicho, al emprender su paseo, se llevó un perro con él: Dios ya tenía perro. Por lo visto, para los Kato, la idea de un humano  paseando sin un perro era tan impensable como insólita. El perro siempre había estado aquí.
El encanto de este mito es que contiene un elemento de verdad en el sentido de que la relación de la humanidad con los perros es anterior a los primeros vestigios de la civilización. Pues, al parecer, los primeros animales domésticos fueron los perros, y su domesticidad se dio miles de años antes que la de otros animales (las vacas y/o el reno).
Las pistas de los primeros perros son vagas.  El primer fósil de perro doméstico que se encontró (una mandíbula con algunos dientes) data de hace catorce mil años. Este perro era el compañero de un grupo de humanos del Paleolítico (antigua Edad de Piedra), que viviía en cuevas en una parte del mundo que hoy llamamos Iraq.
A simple vista, catorce mil años, quizás no paresca mucho tiempo, pues, los dinosaurios anduvieron por la Tierra hace ciento cincuenta millones de años. El Homo sapiens, no apareció hasta hace trescientos mil años. El hombre de Neanderthal todavía habitaba en Europa hasta hace cuarenta mil años, y la primera especie humana físicamente no diferenciable de nosotros apareció hace treinta o treinta cinco mil años. Los habitantes de Asia cruzaron el estrecho de Bering con el objetivo de ocupar las Américas por primera vez hace veinticinco mil años. Es interesante destacar que la primera muestra de agricultura organizada sólo cuenta con diez mil años de existencia, cuatro mil años después de la aparición de la prueba más antigua que demostraba que los perros habían entablado relaciones con los humanos.
Dentro del mismo período de tiempo (hace catorce mil años), se sitúa otro hallazgo arqueológico que indica que los perros sevían de guardas y de animales de compañía. En una excavación llevada a cabo al sur de Europa se encontró el esqueleto de una niña de la Edad de Piedra. Estaba enterrada en posición casi fetal y alrededor de la niña se encontraban cuatro perros orientados hacia distintas direcciones. Es difícil dejar de pensar que estos animales desempeñaban la función de guardas del amado dueño que había tenido que viajar a los infiernos a una edad tan temprana.
Los testimonios que demuestran la existencia de la relación entre perros y seres humanos provienen de muchos lugares. En América los perros compartían la morada con los humanos hace once mil años, en dinamarca, existían dos razas distintas de perros domésticos de disferentes tamaños. Otra de las pruebas de esta relación data del mismo período y proviene de China. Por lo tanto, hace cien siglos los perros ya se habían extendido por todo el globo, y, en cada región que ocupaban, se relacionaron con el hombre.

Reseña tomada de:La inteligencia de los Perros. stanley Coren. Ediciones B,S.A., 1995

jueves, 29 de septiembre de 2011

El vínculo hombre- animal

"¿Qué es el hombre sin los animales?. Si desaparecieran todos los animales, los hombres morirían debido a una gran soledad de espíritu, ya que cualquier cosa que le pase al animal, también le pasa al hombre. Cualquier cosa que le sucede a la tierra le sucede al hijo de la tierra."

              Jefe Seattle de la tribu duwamish, estado de Washington, carta al presidente Franklin Pierce, 1855.


James Harris del Hospital Clínico Veterinario en Oakland, California, define el vínculo hombre- animal como "esa relación física, emocional, intelectual y filosófica que aparece entre una persona o grupo familiar y un animal".
En nuestra sociedad las más comunes de estas relaciones y las que más conocemos son aquellas que se establecen entre las personas y sus animales de compañía. de todos modos, el vínculo hombre-animal no está limitado a los animales domésticos urbanos, ni es necesariamente una consecuencia de nuestra sociedad amante de los animales.
Uno de los más antiguos indicadores arqueólogicos del vínculo hombre-animal fue descubierto en 1976 por Simon Davis, de la Universidad Hebrea,, cuando excavó un esqueleto humano en una  tumba en el norte de Israel. entre las manos del esqueleto se encontraba los restos de un cachorro, lo que le sugirió a Davis que la relación entre ambos era afectiva y no dietética. Probablemente, como primer animal domesticado, el perro ha desempeñado muchas funciones en la sociedad humana. el conmovedor descubrimiento de Davis, que tiene aproximadamente 12.000 años, sugiere que su primitivo destino, y quizás el mejor, fue ser amigo y compañero del hombre.
                Animales de Compañía y Salud Mental. Odean Cusack. Fundación Purina. Fondo Editorial. 1991