Claudia Frish Portraits
Mis nuevos compañeros de viaje, los pinschers. Renovada pasión y alegría
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domingo, 7 de octubre de 2012
Retratos de perros
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El perro en el arte
lunes, 23 de julio de 2012
Retratos de perros
Malena Mandly. http://malenamandly.blogspot.com.es/
http://es-es.facebook.com/pages/Malena-Mandly-Retratos-Amigos-de-4-Patas/150050638375053?v=app_2347471856
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El perro en el arte
domingo, 22 de julio de 2012
TM Peasant Family de Antoine or Louis Le Nain
Un cuadro, TM Peasant Family, datado en 1640 y actualmente en el museo del Louvre, París, incluye un perro parecido al Pinscher miniatura.
Antoine or Louis Le Nain, Peasant Family in an Interior, 17th century from Smarthistory Videos on Vimeo.
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El perro en el arte,
Origen y cualidades del Pinscher
lunes, 9 de julio de 2012
Lenguaje canino
http://doggiedrawings.net/welcome
Visto en:
http://www.srperro.com/blog_perro/canes-con-mucho-arte-los-dibujos-perrunos-de-lili-chin
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http://www.srperro.com/blog_perro/canes-con-mucho-arte-los-dibujos-perrunos-de-lili-chin
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El perro en el arte
sábado, 2 de junio de 2012
Los bellos galgos de Anna Wilson-Patterson, la artista de la melancolía canina
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El perro en el arte
martes, 20 de marzo de 2012
Grabados del mundo animal
Hace cincuenta años, el psiquiatra y coleccionista de Dallas Pratt (1914-1994) fundó, junto al anticuario inglés John Judkyn (1913-1963), el Museo Americano en Gran Bretaña. Su intención era mostrar las artes decorativas norteamericanas en el Reino Unido para que los visitantes comprendieran mejor la historia de los Estados Unidos y sus gentes.
Judkyn murió en un accidente automovilístico poco después de la apertura del Museo ysería Pratt quien se encargaría, durante más de 30 años de su organización presentando al público una amplia colección de mapas de la Edad Media y el Renacimiento y donando 180 grabados de artistas estadounidenses en los que se representa la relación amistosa del hombre con los animales.
El museo presenta ahora, y hasta el próximo 1 de julio, la exposición El ojo compasivo: Pájaros y bestias de la colección de grabados del Museo Americano, una muestra con obras de artistas estadounidenses como James Abbott McNeill Whistler (1834-1903), Federico Stuart Iglesia (1842-1924), Rockwell Kent (1882-1971), Thomas Hart Benton (1889-1975), de Grant Wood (1892-1942), Diana Thorne (1895), Lynd Kendall Ward, (1905-1985), Jackson Lee Nesbitt (1913-2008), William Wind McKim (1916-1995) y Leonard Baskin (1922-2000).
Fecha: hasta el 1 de julio.
Lugar: Museo de América en Gran Bretaña. Claverton Manor. Bath BA2 7BD. Reino Unido
Horario: de martes a domingo de 12.00 a 17.00 horas.
http://www.artelista.com/articulos/2012/03/8854/grabados-del-mundo-animal.html
Judkyn murió en un accidente automovilístico poco después de la apertura del Museo ysería Pratt quien se encargaría, durante más de 30 años de su organización presentando al público una amplia colección de mapas de la Edad Media y el Renacimiento y donando 180 grabados de artistas estadounidenses en los que se representa la relación amistosa del hombre con los animales.
El museo presenta ahora, y hasta el próximo 1 de julio, la exposición El ojo compasivo: Pájaros y bestias de la colección de grabados del Museo Americano, una muestra con obras de artistas estadounidenses como James Abbott McNeill Whistler (1834-1903), Federico Stuart Iglesia (1842-1924), Rockwell Kent (1882-1971), Thomas Hart Benton (1889-1975), de Grant Wood (1892-1942), Diana Thorne (1895), Lynd Kendall Ward, (1905-1985), Jackson Lee Nesbitt (1913-2008), William Wind McKim (1916-1995) y Leonard Baskin (1922-2000).
Fecha: hasta el 1 de julio.
Lugar: Museo de América en Gran Bretaña. Claverton Manor. Bath BA2 7BD. Reino Unido
Horario: de martes a domingo de 12.00 a 17.00 horas.
http://www.artelista.com/articulos/2012/03/8854/grabados-del-mundo-animal.html
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jueves, 1 de marzo de 2012
Fotos de "las extrañas cualidades humanas" de los perros
'Dog portrait'
"Siempre lucen bien, no se quejan y están encantados de andar por ahí". La fotógrafa estadounidense Winnie Au retrata a las mascotas con un aire que se acerca a lo señorial, sin dejar de lado la naturalidad animal. En ambientes agradables y luminosos, miran a la cámara mostrando una actitud sincera que los lleva al terreno de la humanidad. Au sabe que el tiempo es limitado, "como mucho dos horas, tres si tienes suerte" y que el posado depende incluso de la raza: "Hay que saber lo que motiva a cada tipo de perro. Los bulldog son tozudos y no quieren escucharte. Si se les mete en la cabeza que no quieren que los fotografíes, mejor es que te hagas a un lado". Su decisión de retratar mascotas es tan visceral como casual. Todo empezó con Bambi, el perro de sus antiguos vecinos, que paseaba con parsimonia por el vestíbulo del bloque de apartamentos. Una luz ideal y la naturalidad del animal provocaron en la artista unas ganas irresistibles de fotografiarlo con una cámara analógica. Cuando reveló el carrete se sintió orgullosa de haber captado "la esencia de Bambi, esa actitud distante que siempre mostraba con su mirada". Au se mudó y tras un tiempo mandó copias de los retratos a los dueños. Bambi para entonces había muerto y lloraron al ver su carácter plasmado en las imágenes. "Me di cuenta de que podía ofrecer a los demás algo que permanecería con ellos para siempre, que siempre significaría algo. Desde entonces fotografío perros".
Refleja en sus instantáneas "las extrañas cualidades humanas que residen en los perros" y encuentra una gran ventaja en la naturalidad, al contrario de las personas, que muestran ante la cámara la imagen que quieren ofrecer a los demás.
"Pueden pasar una hora oliéndolo todo"
Con la práctica ha aprendido a entender sus preferencias. El ambiente propicio para las sesiones es el hogar del animal. "Cuando los llevas a un lugar nuevo se ponen nerviosos y pueden pasar una hora oliéndolo todo". Si la casa no es una opción posible, Au los lleva al estudio, cuidándose de separar una sesión de otra para que los animales no coincidan. Todo está calculado para que los modelos den lo mejor de sí mismos. "Algunos parece que nacieron para ser retratados y reaccionan mirando cada vez que se lo pides; otros no quieren tener nada que ver en el asunto y huyen". Ahora vive en Nueva York y ve como su lista de encargos cada día es más larga. Al igual que siente la necesidad de dedicar a las mascotas el tiempo y la atención que merecen, Winnie Au reconoce que hay una tendencia a malcriar a las mascotas o a dedicarles una excesiva atención.
Dentro de la exageración la artista lo ve como algo lógico: "Los humanos tenemos la necesidad innata de cuidar de algo o alguien. Muchos tienden a tener perros en lugar de hijos o usan a sus mascotas como entrenamiento para cuidar a futuros niños. No creo que eso signifique que aman más a los animales que a los humanos. Los perros son una parte importante de la vida y muchos acaban tratándolos como a un amigo o a un miembro de la familia".
Visto en: http://noticias.es.msn.com/fotos-de-las-extra%c3%b1as-cualidades-humanas-de-los-perros-1
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El perro en el arte
sábado, 18 de febrero de 2012
Un perro
Un Perro.
Francisco de Goya y Lucientes.1820-1823.Mural trasladado a lienzo. 134 x 80 cm. Prado. Madrid
En sus conocidas pinturas negras, realizadas entre 1820 y 1823 para su pequeña casa de campo en los alrededores de Madrid, Goya dio rienda suelta a sus irracionales fantasías en una serie de enigmáticas pinturas crípticas pero interrelacionadas que son el producto de su imaginación y que probablemente estaban destinadas sólo a sus ojos. De esa serie de imágenes, casi siempre de pesadilla, de un mundo brutalizado y tenebroso, dominado por las fuerzas más oscuras del sadismo, la desesperación y la soledad, ninguna es tan enigmática ni contradice el espíritu de la Ilustración de forma tan difinitiva como el lienzo vertical que se titula sencillamente , Un perro. En él vemos tan sólo la cabeza grisácea de un animal solitario que alza la vista hacia una presencia sombría, quizás el fantasma de un amo desaparecido, en un paisaje alucinante que parece haber disuelto la tierra, la roca y el cielo en una oscura nebulosa en la que ni el hombre ni la bestia pueden orientarse. Para los espectadores del siglo XXI esta horrenda visión de un último superviviente, perro y no hombre, que parece luchar y hundirse, quizás en arenas movedizas, puede incluso evocar la imagen de después de un desastre nuclear. Para Goya, debió de representar una extinción equiparable de todo rasgo de razón y control humanos. La terrible realidad de este animal medio enterrado e indefenso, que se encuentra solo en un paisaje pulverizado lleva consigo el inmenso peso alegórico de una civilización aniquilada.
El Perro en el arte. Del Rocco al Posmoderno.Robert Rosenblum. Pag. 41.Editorial
Nerea. 1989
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El perro en el arte
domingo, 5 de febrero de 2012
Cachorro
Cachorro. Piet Mondrian. 1891
A primera vista el Cachorro de Mondrian (pionero de la abstracción geométrica pura,1872-1944), pintado cuando sólo tenía 19 años, parece una incursión juvenil en el arte sentimental del siglo XIX, un cachorrito inocente situado en un paisaje amable. Pero si lo observamos más de cerca y nos apoyamos en nuestro conocimiento retrospectivo de la evolución mística que llevó a cabo Mondrian de la materia al espíritu, advertiremos una mirada inusualmente intensa en este cachorro que, con la frontalidad de un icono, busca y atrapa la mirada del espectador. Transformando inesperadamente lo que era una formula decimonónica para producir una sonrisa indulgente en una confrontación directa y penetrante de dos miradas, este perrito nos anuncia el tema de los ojos como ventanas del alma que dominará los autorretratos y los retratos de niños de ojos muy abiertos realizados por Modrian en 1901. Era un camino que llevaba del mundo exterior y materialista al territorio interior del sentimiento incorpóreo y el espíritu que pronto atraería no sólo a Mondrian sino también a otros pioneros del arte abstracto como Kandinsky, y que, como han subrayado investigaciones recientes, encontraría un programa oficial y cuasireligioso en las doctrinas ocultas de Mme. Blavatsky y la teosofía, que poco después seguiría Mondrian.
El Perro en el Arte del rococo al Posmoderno. Robert Rosenblum. Pags. 74-75. Ed. Nerea. 1989.
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El perro en el arte
viernes, 6 de enero de 2012
El perro y el arte
Prehistoria
Nuestros antepasados, entre los años 30.000 y 15.000 a.C., pintaron o esculpieron animales en grutas como la de Altamira o Lascaux, todavía no se sabe bien porque hacían estas interpretaciones o escenas con la presencia de animales, esta cuevas, mal iluminadas, húmedas y de difícil acceso, haría de pensar que estaba relacionado con la magia y sortilegios interpretados en estas manifestaciones artísticas, que garantizaban la presa para el futuro que aseguraba el
Nuestros antepasados, entre los años 30.000 y 15.000 a.C., pintaron o esculpieron animales en grutas como la de Altamira o Lascaux, todavía no se sabe bien porque hacían estas interpretaciones o escenas con la presencia de animales, esta cuevas, mal iluminadas, húmedas y de difícil acceso, haría de pensar que estaba relacionado con la magia y sortilegios interpretados en estas manifestaciones artísticas, que garantizaban la presa para el futuro que aseguraba el
sustento nutritivo, los animales elegidos por aquellos antiguos artistas, eran todos para consumo como por Ej.: caballos, bueyes, renos, ciervos.
El perro aparece en estas escenas de caza hacia el 10.000 a. C. como protagonista y ayudante en esa tarea, lo cual se supone que ya estaría domesticado brindándole al hombre su guardia frente a depredadores y ayuda en la caza, obteniendo a cambio refugio y alimento.
El perro aparece en estas escenas de caza hacia el 10.000 a. C. como protagonista y ayudante en esa tarea, lo cual se supone que ya estaría domesticado brindándole al hombre su guardia frente a depredadores y ayuda en la caza, obteniendo a cambio refugio y alimento.
Egipto
El dios egipcio Anubis representado por algunos egiptólogos como chacal o lobo, pero luego se comprueba casi seguro que se trataba de un perro, y es probable, que era representado por el galgo egipcio, que no era oscuro como el dios, pero presentaba una estatura considerable, hocico largo y puntiagudo, orejas erguidas, patas largas y ágiles, cola corta y enroscada.
Se lo descubre por primera en vez en la tumba de Ti, correspondiente a la dinastía V (alrededor de 2600 a.C.), en numerosas escenas de caza, su imagen pintada en murales de la tumba del Faraón, como labrados de figuras caninas en objetos de cotidiano uso, encontradas en distintas excavaciones arqueológicas.
Se lo descubre por primera en vez en la tumba de Ti, correspondiente a la dinastía V (alrededor de 2600 a.C.), en numerosas escenas de caza, su imagen pintada en murales de la tumba del Faraón, como labrados de figuras caninas en objetos de cotidiano uso, encontradas en distintas excavaciones arqueológicas.
Grecia
El más imponente perro conocido en Grecia era un moloso, tal vez su llegada concidiera con la segunda guerra pérsica (480 a.C.), ya que Jerjes llevaba en su cortejo robustos molosos, y antes de esta fecha no existían.
Aparte de las anécdotas de los historiadores, no siempre confiables, muchos hechos se comprueban sobre pinturas y esculturas sobre terracota, que muestran numerosas escenas de batallas y caza, delineadas en el delicado preciosismo que caracteriza al arte griego.
También están represantados en vasos pintados, juguetes y numerosas esculturas realizadas con gran sensibilidad y detalles anatómicos sorprendentes, que indicaban una atención afectiva por parte del artista hacia el animal.
Aparte de las anécdotas de los historiadores, no siempre confiables, muchos hechos se comprueban sobre pinturas y esculturas sobre terracota, que muestran numerosas escenas de batallas y caza, delineadas en el delicado preciosismo que caracteriza al arte griego.
También están represantados en vasos pintados, juguetes y numerosas esculturas realizadas con gran sensibilidad y detalles anatómicos sorprendentes, que indicaban una atención afectiva por parte del artista hacia el animal.
Roma
Los romanos alrededor del siglo I a.C. no tenían muy claro las diferencias entre las razas caninas, donde la utilidad del perro se entremezclaba entre la caza y la guardia, ellos buscaron perros de estatura mediana, más idóneos para las presas pequeñas, aunque con menor velocidad que los lebreles, por otro lado tenían una idea bastante clara lo que era un perro de guardia, aparentemente era una moda entre las familias de mayores recursos este tipo de animales en el hogar, de tal manera que integraban una subraza especial: "perros de familia". Los vemos representados en varios mosaicos, como los pompeyanos, que servían como advertencia a los malintencionados con la frase tan popular hasta nuestros días: "Cave canem" (cuidado con el perro).
Renacimiento
La edad media (473-1453) fue un período oscuro, donde la caída del imperio romano y cruentas guerras que precedieron a su decadencia. Se supone que las regiones arrasadas fueron recorridas por todo tipo de perros abandonados (caza, guardia, combate), que habían quedado sin amo teniendo un retroceso hacia un estado semisalvaje. A medida que el continente europeo se ordenaba estos animales evolucionaron en forma no doméstica, en su mayoría salvajes, que para alimentarse, además de cazar, desenterraban cadáveres volviéndose carroñeros, se cree que estos acontencimientos aterrorizaron a los campesinos de la época, viendo al perro como fieras horribles y peligrosas, exacerbando mitos fantasiosos y sin fundamento real. Luego con el avance de los siglos el perro volvió a ocupar su lugar como ayudante en la caza a partir del año 800, aunque fueron escasos en la edad media los legados artísticos relacionados con perros.
En la etapa posterior, el renacimiento, hubo un cambio significativo y empiezan abundar la presencia de perros en pinturas de los artistas de esta época, su popularidad aumentaba a medida que pasaban los años, gracias a la caza, inclusive la iglesia los reivindica con su presencia en pinturas con motivos religiosos.
En esta era se empieza a tener presencia el perro de companía, expresado por el talentoso Ticiano (ver imagen) donde retrata a Federico II Gonzaga con la mano, tiernamente, posada sobre un perrito blanco, ajeno a la caza, que puede considerarse antecesor del caniche actual.
Por otra parte, Velázquez y Goya (ver imagen), expresan en sus pinturas la preferencia y cariño que tenían la aristrocracia de la época por estos animales, ya que su presencia en primer plano de sus retratos, indica la importancia que tenían en sus vidas para recibir ese honor de estar presentes en las manifestaciones pictóricas de estos magistrales artistas.
En el detalle de "Las pruebas de Moisés", de Boticelli, grabado de la Capilla Sixtina (ver imagen), entre el grupo de fugitivos de Egipto, en brazos de un niño, hay un perrito de pelo corto y ojos saltones, con uñas muy largas, los expertos lo consideran un típico "mestizo", no sería para algunos, el perro doméstico ideal pero el largo de sus uñas indica que en algunos hogares florentinos se había empezado a mimar a los perros, hasta el punto de evitarles la fatiga de pasear por las calles, donde las uñas se habrían gastado.
Perros análogos se hallan en numerosos grabados de la época, pero no son ellos los que impresionan sino, el maltés, que aparece en retratos cada vez con mayor frecuencia, sobre todo si se trata de retratos con damas, donde es fácil reconocerlo echado sobre una mullida y suave almohada.
Otras obras muestran a perros libremente ocupados en hacer bulla y piruetas en bailes y recepciones, lo que confirma que desde hacía tiempo eran bien recibidos en los hogares de la época.
La escultura renacentista no muestra muchos perros. Extrañamente en el siglo XVI y después, cuando adquiere una gran difusión el "bronzetto", bronce de pequeñas dimensiones, que determina el nacimiento de una variedad de animales (toros, caballos, felinos, etc), el perro no halla en la práctica ningún broncista dispuesto a trabajar con su figura. Posteriormente, aparece Cellini donde los perros forman parte en numerosos obras de su autoría, lo más destacable es la modelación de un sabueso en bronce con tanto detalle y agudeza por parte del artista, que logra una escultura que expresa un retrato del animal, lleno de afecto.
El francés Jean Goujon une en una escultura un lebrel y un grifón, los perros que estaban de moda entre los señores de la época, ya que eran utilizados para el rastreo de la presa en la caza.
La edad media (473-1453) fue un período oscuro, donde la caída del imperio romano y cruentas guerras que precedieron a su decadencia. Se supone que las regiones arrasadas fueron recorridas por todo tipo de perros abandonados (caza, guardia, combate), que habían quedado sin amo teniendo un retroceso hacia un estado semisalvaje. A medida que el continente europeo se ordenaba estos animales evolucionaron en forma no doméstica, en su mayoría salvajes, que para alimentarse, además de cazar, desenterraban cadáveres volviéndose carroñeros, se cree que estos acontencimientos aterrorizaron a los campesinos de la época, viendo al perro como fieras horribles y peligrosas, exacerbando mitos fantasiosos y sin fundamento real. Luego con el avance de los siglos el perro volvió a ocupar su lugar como ayudante en la caza a partir del año 800, aunque fueron escasos en la edad media los legados artísticos relacionados con perros.
En la etapa posterior, el renacimiento, hubo un cambio significativo y empiezan abundar la presencia de perros en pinturas de los artistas de esta época, su popularidad aumentaba a medida que pasaban los años, gracias a la caza, inclusive la iglesia los reivindica con su presencia en pinturas con motivos religiosos.
En esta era se empieza a tener presencia el perro de companía, expresado por el talentoso Ticiano (ver imagen) donde retrata a Federico II Gonzaga con la mano, tiernamente, posada sobre un perrito blanco, ajeno a la caza, que puede considerarse antecesor del caniche actual.
Por otra parte, Velázquez y Goya (ver imagen), expresan en sus pinturas la preferencia y cariño que tenían la aristrocracia de la época por estos animales, ya que su presencia en primer plano de sus retratos, indica la importancia que tenían en sus vidas para recibir ese honor de estar presentes en las manifestaciones pictóricas de estos magistrales artistas.
En el detalle de "Las pruebas de Moisés", de Boticelli, grabado de la Capilla Sixtina (ver imagen), entre el grupo de fugitivos de Egipto, en brazos de un niño, hay un perrito de pelo corto y ojos saltones, con uñas muy largas, los expertos lo consideran un típico "mestizo", no sería para algunos, el perro doméstico ideal pero el largo de sus uñas indica que en algunos hogares florentinos se había empezado a mimar a los perros, hasta el punto de evitarles la fatiga de pasear por las calles, donde las uñas se habrían gastado.
Perros análogos se hallan en numerosos grabados de la época, pero no son ellos los que impresionan sino, el maltés, que aparece en retratos cada vez con mayor frecuencia, sobre todo si se trata de retratos con damas, donde es fácil reconocerlo echado sobre una mullida y suave almohada.
Otras obras muestran a perros libremente ocupados en hacer bulla y piruetas en bailes y recepciones, lo que confirma que desde hacía tiempo eran bien recibidos en los hogares de la época.
La escultura renacentista no muestra muchos perros. Extrañamente en el siglo XVI y después, cuando adquiere una gran difusión el "bronzetto", bronce de pequeñas dimensiones, que determina el nacimiento de una variedad de animales (toros, caballos, felinos, etc), el perro no halla en la práctica ningún broncista dispuesto a trabajar con su figura. Posteriormente, aparece Cellini donde los perros forman parte en numerosos obras de su autoría, lo más destacable es la modelación de un sabueso en bronce con tanto detalle y agudeza por parte del artista, que logra una escultura que expresa un retrato del animal, lleno de afecto.
El francés Jean Goujon une en una escultura un lebrel y un grifón, los perros que estaban de moda entre los señores de la época, ya que eran utilizados para el rastreo de la presa en la caza.
Siglo XVII a la Revolución Francesa
En el siglo XVII se aprecia un aumento en las razas caninas, todo se relaciona con la caza, que en la aristocracia se realizaba de tres maneras, con halcón, en el sitio y a la carrera. Luis XIV, el Rey Sol, sus perros predilectos de caza son llevados por pajes en almohadones especiales, este soberano gastaba fortunas en mantener sus jaurías, y su corte tenían sus propios perros de caza, donde los embajadores de otros países quedaban maravillados ante el lujo de esos ritos de cacería y la belleza de los perros.
El Rey Sol, de acuerdo a sus preferencias caninas, encarga al pintor "oficial" de la corte A.F. Desportes, además de su propia figura, donde el soberano aparece junto a un braco y un lebrel (galgo), que seguramente eran los favoritos del rey en la práctica de la caza. El encargo hace de Desportes al primer pintor especialista en perros, éste tambíen se ocupó de retratar en dibujos los spaniels de salón, se cree que no llegaron a ser retratados en pinturas, debido a que el soberano no le interesaban los perros de companía, a los cuales consideraba "inútiles".
Luego aparece J.B. Oudry, quien a su vez recibió el encargo de retratar a otros favoritos de las jaurías reales para preparar una serie de tapices. El museo del Louvre conserva las pinturas, en las que Oudry revela una renuncia a sus naturalezas muertas, para exhibir perros furiosos, en cruentos combates contra lobos y otros animales.
El siglo XVIII, indica una suavización de las costumbres en Francia, donde aparece perros mas tranquilos como malteses y caniches.
En el mismo siglo en Inglaterra, a consecuencia del éxito obtenidos por los temas hípicos y de caza, las representaciones de perros se multiplican, debido a las costumbres aristocráticas de la caza y la consideración hacia los perros, éstos siguen estando presentes en los retratos.
Las pinturas con presencia de perros puede observarse en esta época en pintores italianos, holandeses, alemanes, españoles, donde innumerables perros aparecen en tantos paisajes, vistas de ruinas, playas con pescadores, retratos aristocráticos, campesinos con perros, etc.
En el ámbito de la escultura aparecen grandes lebreles o, a menudo, minúsculos, junto a Dianas cazadoras, fieles guardianes a los pies de difuntos ilustres, en eterna espera sobre una lápida indicando una incondicional fidelidad.
En el siglo XVII se aprecia un aumento en las razas caninas, todo se relaciona con la caza, que en la aristocracia se realizaba de tres maneras, con halcón, en el sitio y a la carrera. Luis XIV, el Rey Sol, sus perros predilectos de caza son llevados por pajes en almohadones especiales, este soberano gastaba fortunas en mantener sus jaurías, y su corte tenían sus propios perros de caza, donde los embajadores de otros países quedaban maravillados ante el lujo de esos ritos de cacería y la belleza de los perros.
El Rey Sol, de acuerdo a sus preferencias caninas, encarga al pintor "oficial" de la corte A.F. Desportes, además de su propia figura, donde el soberano aparece junto a un braco y un lebrel (galgo), que seguramente eran los favoritos del rey en la práctica de la caza. El encargo hace de Desportes al primer pintor especialista en perros, éste tambíen se ocupó de retratar en dibujos los spaniels de salón, se cree que no llegaron a ser retratados en pinturas, debido a que el soberano no le interesaban los perros de companía, a los cuales consideraba "inútiles".
Luego aparece J.B. Oudry, quien a su vez recibió el encargo de retratar a otros favoritos de las jaurías reales para preparar una serie de tapices. El museo del Louvre conserva las pinturas, en las que Oudry revela una renuncia a sus naturalezas muertas, para exhibir perros furiosos, en cruentos combates contra lobos y otros animales.
El siglo XVIII, indica una suavización de las costumbres en Francia, donde aparece perros mas tranquilos como malteses y caniches.
En el mismo siglo en Inglaterra, a consecuencia del éxito obtenidos por los temas hípicos y de caza, las representaciones de perros se multiplican, debido a las costumbres aristocráticas de la caza y la consideración hacia los perros, éstos siguen estando presentes en los retratos.
Las pinturas con presencia de perros puede observarse en esta época en pintores italianos, holandeses, alemanes, españoles, donde innumerables perros aparecen en tantos paisajes, vistas de ruinas, playas con pescadores, retratos aristocráticos, campesinos con perros, etc.
En el ámbito de la escultura aparecen grandes lebreles o, a menudo, minúsculos, junto a Dianas cazadoras, fieles guardianes a los pies de difuntos ilustres, en eterna espera sobre una lápida indicando una incondicional fidelidad.
Siglos XIX y XX
Consolidada la democracia luego de la Revolución Francesa, desaparecen muchos privilegios, en particular los relativos a la caza; para los perros, indiferentes a todos estos novedosos cambios, comienza una experiencia nueva para ellos.
Nunca los artistas estudiaron a los perros con mayor atención que en el siglo XIX, olvidada la desaprensividad del siglo XVIII, el perro es cada vez menos un relleno, una "cifra" utilizable en la caza, pasa a primer plano siendo un verdadero protagonista en la pintura. Los pintores, particularmente, los animalistas, profundizan su arte en la anatomía, la mirada, las actitudes, en las costumbres del perro.
Entre los impresionistas, Claude Monet merece un destacado lugar, aunque tal vez, no haya representado más perros que aquel blanquinegro que posa en el "El hombre de la sombrilla" (ver imagen), uno de los animales más penetrantes de toda la pintura. Monet no toma como modelo al perro del cual fué propietario, pero logra animados retratos de otros caninos.
Renoir fue el artista de esta época que más importancia le da a los caninos en sus obras pictóricas.
La generación siguiente, Toulouse-Lautrec, luego de ocuparse de los perros de los aristócratas, se inclina por retratar a los caninos que trabajaban en los circos.
Bonnard y Marquet, ambos se reconocen cinófilos y amante de la belleza de estos animales y los retratan en sus obras públicas y también privadas con sus familias.
Los artistas animalistas se inclinan por ejemplares de pedigree, ya que existían numerosas razas caninas, entusiasmando a los especialistas y, ocasionalmente, a otros pintores.
Algunos, como el caso de Paul Gauguin, consagran su pintura a perros de origen dudoso, sin un pedigree determinado, sino inexistente, llegando incluso a representar tipos cuya clasificación racial se vuelve dificultosa, como en el caso de "Naturaleza muerta con tres cachorros" (ver imagen).
Durante el siglo XIX, la caricatura política alcanzó gran difusión. Unos de sus motivos era la antropomorfización de animales, que en distintos casos los artistas manifestaron seres humanos zoologizados y, con frecuencia, "caninizados" para poner en ridículo algún político al que se quería atacar o poner de manifiesto ciertas actitudes de comportamiento.
Consolidada la democracia luego de la Revolución Francesa, desaparecen muchos privilegios, en particular los relativos a la caza; para los perros, indiferentes a todos estos novedosos cambios, comienza una experiencia nueva para ellos.
Nunca los artistas estudiaron a los perros con mayor atención que en el siglo XIX, olvidada la desaprensividad del siglo XVIII, el perro es cada vez menos un relleno, una "cifra" utilizable en la caza, pasa a primer plano siendo un verdadero protagonista en la pintura. Los pintores, particularmente, los animalistas, profundizan su arte en la anatomía, la mirada, las actitudes, en las costumbres del perro.
Entre los impresionistas, Claude Monet merece un destacado lugar, aunque tal vez, no haya representado más perros que aquel blanquinegro que posa en el "El hombre de la sombrilla" (ver imagen), uno de los animales más penetrantes de toda la pintura. Monet no toma como modelo al perro del cual fué propietario, pero logra animados retratos de otros caninos.
Renoir fue el artista de esta época que más importancia le da a los caninos en sus obras pictóricas.
La generación siguiente, Toulouse-Lautrec, luego de ocuparse de los perros de los aristócratas, se inclina por retratar a los caninos que trabajaban en los circos.
Bonnard y Marquet, ambos se reconocen cinófilos y amante de la belleza de estos animales y los retratan en sus obras públicas y también privadas con sus familias.
Los artistas animalistas se inclinan por ejemplares de pedigree, ya que existían numerosas razas caninas, entusiasmando a los especialistas y, ocasionalmente, a otros pintores.
Algunos, como el caso de Paul Gauguin, consagran su pintura a perros de origen dudoso, sin un pedigree determinado, sino inexistente, llegando incluso a representar tipos cuya clasificación racial se vuelve dificultosa, como en el caso de "Naturaleza muerta con tres cachorros" (ver imagen).
Durante el siglo XIX, la caricatura política alcanzó gran difusión. Unos de sus motivos era la antropomorfización de animales, que en distintos casos los artistas manifestaron seres humanos zoologizados y, con frecuencia, "caninizados" para poner en ridículo algún político al que se quería atacar o poner de manifiesto ciertas actitudes de comportamiento.
Autor: MV Enrique L. Fernández De Vanna
Visto en:
http://perros.mascotia.com/cuidados-del-perro/el-perro-y-la-sociedad/el-perro-y-el-arte.htmlVisto en:
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El perro en el arte
domingo, 25 de diciembre de 2011
La figura canina entre los Celtas
Para introducirnos en el punto de qué importancia tenia la figura canina entre la cultura celta, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos de la cultura Celtibérica:
- Era expertos en todo lo referente a la temática bélica. No sólo se ocupaban de fabricar herramientas de guerra sino también empleaban la táctica de ocuparse en generar terror entre sus enemigos a fin de asegurarse el éxito de una batalla (también llamada guerra “psicológica”). Para atacar, debían estar autorizados por los druidas, quienes eran los sumos sacerdotes, guías de todas sus batallas. Estos últimos, se formaban durante 20 años para ocupar el puesto y eran quienes les indicaban a los guerreros celtas, qué día seria de “suerte” o cual no.

- Eran politeístas, esto significa que adoraban a cientos de deidades. A diferencia de sus contemporáneos griegos y romanos, no adoraban a meros dioses con formas humanas, sino que estos tenían total relación con la naturaleza, en muchas ocasiones eran dioses zoomorfos. La conocida diosa Epona(ver imagen arriba), deidad relacionada a los caballos, fue de gran importancia entre los celtas dado que éste animal resulto fundamental para sus batallas. Los celtas eran maestros en la equitación y usaban preferentemente caballos para trasladarse durante sus excursiones. Aquí entra en juego el papel de las figuras animales, a continuación nos extenderemos con la imagen del perro:
Para los celtas, los perros eran de suma importancia. A tal punto que se sabe de casos en que al matar el perro de un guerrero implicaba para el “asesino” el poder para ocupar su puesto dentro de la tribu.
Se sabe de deidades representadas rodeada de perros como símbolo de protección. Un ejemplo de ello lo tenemos en la diosa marina llamada Nehalennia, quien tenía como función proteger a los viajeros que cruzaban el mar, por lo que era representada junto a un gran perro.
He aquí un punto sumamente radical, teniendo en cuenta que los celtas no veían limites entre lo sobrenatural y lo natural, es válido remarcar que al observar esculturas de “deidades” junto a perros, habla de que éstos últimos estaban domesticados y compartían parte de su vida con ellos. Lo cual no es un tema menor.

Por su parte, Arawn (ver imagen arriba) ,dios de la muerte, también es representado rodeado de perros. En ocasiones el perro se asocia con la muerte, y su pariente el lobo, es para los celtas símbolo de castigo por errores cometidos. Aún así, la imagen del perro y el lobo se confunden dentro de la misma cultura celta.
Muchos guerreros estaban orgullosos de sus sabuesos, principalmente porque para los celtas el principal factor de poder pasaba por la imagen que podían dar al enemigo, antes de las adquisiciones materiales que pudieran obtener de sus victorias. Punto fundamentalmente dispar en comparación con otros pueblos. Los romanos, por ejemplo, procuraban tener poder conquistando “imperios” mientras que los celtas volvían de sus conquistas con cabezas humanas (porque consideraban que la cabeza era el centro de poder de las personas) y se proveían de ganado para alimentarse. Cabe destacar que la mujer celta también salía a batallar, en comparación de sus contemporáneos, la cultura celta gozaba de igualdad de género.
En definitiva, el papel del perro para esta cultura guerrera pasa principalmente por la importancia de lo que simboliza, es decir protección y seguridad, que les resultaba radical para continuar sus batallas. Por otro lado, con miles de años de distancia y diferencias, ya el papel de los celtas para con sus perros datan la semilla de lo que actualmente se conoce como perros militares. Curiosamente el primer país que utilizó perros para fines bélicos fue Francia, antiguamente territorio conocido como “Galia celta”.
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El pueblo egipcio y los perros

El pueblo egipcio comenzó y prospero en el año
Los animales eran sagrados para ellos, especialmente los animales domésticos como por ejemplo el gato, el carnero, el asno, y también el perro.
En éste último punto se ubica la figura de Anubis, dios con cuerpo de hombre y cabeza de cánido en donde algunos arqueólogos afirman que se trata de la cabeza de un chacal mientras que otros insisten con que se refiere a la cabeza de un perro. Sea lo que sea, éste dios egipcio estaba relacionado con la muerte, la resurrección, posteriormente con el embalsamamiento y a su vez, el color negro con el que era pintado simbolizaba entre los egipcios “vida y fertilidad”, dado que negro era el color del limo depositado a orillas del Nilo donde luego cultivaban. Teniendo en cuenta esto ultimo, no por nada, llamaron a su tierra Kemet (tierra negra).
Debido a la diferencia de opiniones y al largo período que duró la cultura egipcia, su religión fue heterogénea, es decir que fue variando abruptamente tanto en la figura y conceptos de sus dioses, es así que entre los primeros textos religiosos se dice que Anubis no tenia progenitores, mientras que en posteriores relatos afirman que es hijo adultero de Osiris y Neftis, otros lo relatan como hijo de Set y Neftis y en “la síntesis solar” aparece como hijo de Ra.
En lo competente a otros vínculos “familiares” en uno de los primeros textos se lo señaló como hermano de Osiris, mismo dios que posteriormente se mencionaría como su padre.

Anubis fue dios tutelar de Cinópolis, en Egipto central, se lo consideraba la divinidad más importante del infierno, donde su tarea consistía en guiar el alma del difunto en el más allá y posteriormente se encargaba de “acusar almas” en el llamado juicio final o juicio de Osiris, evento que se celebraba en

Otro dios egipcio, también cinocéfalo(ver imagen de arriba), es la figura de Seth (también conocido como Set, Sutej, Setesh, Seteh), dios egipcio que personificó la sequía, fue símbolo de las fuerzas destructoras, su voz era el trueno.
Representado, generalmente, como un galgo con orejas largas cortadas, hocico hacia arriba y un rabo bífido largo. Pese a su similitud con un lebrel, otros autores dicen que la especie a la cual pertenece su cabeza no esta definida, mientras otros suponen que se trata de un asno con cuerpo de humano otros creen que se trata de un perro.
Los progenitores de este dios con cabeza "indefinida" serian Guet y Nut.
De esta deidad también hay diferentes conceptos, dado que variaba según la dinastía imperante. Se lo relaciono con la violencia ,por otro con la guerra y también se lo vinculo a la protección durante los viajes en el desierto. Esta variación también repercute en su “fisonomía”, dado que en algunos dibujos se observa a Seth pintado de rojo (entre los egipcios éste color estaba relacionado con el desierto y la maldad) mientras que en otros dibujos, al igual que Anubis, se lo ha pintado de negro (limo del Nilo, relacionado con la fertilidad).
Así se concluye que por haber puesto su rostro en la cara de éstos dos dioses, el pueblo egipcio dio a el perro un importante papel en su cultura, especialmente al asociarlo con un momento tan relevante como es el después de la muerte y por otro porque estaba la costumbre de enterrar al can junto a su amo. Dado que estaba prohibido maltratarlos, se esperaba que mueran para sepultarlos junto al difunto que en vida había sido su amo.
Por otro lado cabe destacar también la figura de la raza lebrel, raza buscada por los faraones. Razón por la cual durante ciertas dinastías Seth fue dibujado con rostro de lebrel seguramente con orden de algún faraón amante de la raza.
Finalmente una vez más es el perro el animal doméstico elegido por una civilización como compañero en la evolución y es su imagen utilizada para representar sus enigmas, vicios y virtudes.-
Creado por Lorena Varela
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Frida Kahlo y sus perros
Autorretrato con changuito y el señor Xólotl (1945)
El abrazo de amor del universo, la tierra (México), Diego, yo y el Señor Xolotl (1946)
Frida Kahlo pintora mexicana muy destacada. Fue pareja de Diego Rivera, ambos gustaban mucho de los animales. Gusto que Frida reflejo en muchas de sus pinturas, principalmente pintó monos, venados, loros y perros de la raza itzcuintle, el cual es el nombre del perro sin pelo mexicano (también conocido como Perro Pelón Mexicano). Todos estos anímales vivían en la Casa Azul (Coyacán, México) donde vivió y murió la artista, el 13 de julio de 1954.
Centrándonos en los perros de su vida, no fue por “casualidad” que optó por adoptar y pintar la raza itzcuintle, los eligió porque es la especie canina propia de México y Centroamérica. Es una de las muchas razas de perros originarios de América, por lo cual fueron muy representativos para la pintora pues siempre manifestó una estrecha relación con las tradiciones populares y la vida de México.
En sus obras, los llamaba “El señor Xolotl”, en referencia al nombre original de la raza: Xoloitzcuintle, que significa “Perro de Xólotl ò Perro monstruoso”.Itzcuintle, según el Diccionario de Zoología Nahuatl significa perro. Es interesante hacer notar que en los grupos nahuas, Xolotl (nombre que Frida daba a su perro) era representado por un perro que según su mitología era el encargado de conducir las almas de los difuntos a través de los recovecos del inframundo. Su principal atributo es el movimiento (ollín), pues su tarea consistía en llevar la luz, de la que era portador, al otro extremo del mundo.
Visto en: http://ladridodeamor.blogspot.com/search/label/Perros%20y%20Arte
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domingo, 13 de noviembre de 2011
Primeros pinscher miniatura del mundo
Carl Reichert
En este cuadrito familiar vemos a los primeros pinscher miniatura del mundo. (1836-1918)
http://www.criaderolalupe.com.ar/historia.htm
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Schnauzer y Pinscher Dibujo
Schnauzer y Pinscher Dibujo de Richard Strebel (1924)
tomado de El Schnauzer de Maria Bergamini Ed. Olimpia
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sábado, 12 de noviembre de 2011
Pinscher und Zwergpinscher
Jean Bungartz, antes de 1888
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bungartz-Pinscher.jpg?uselang=es#file
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bungartz-Pinscher.jpg?uselang=es#file
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jueves, 29 de septiembre de 2011
Perro ante el mundo
Perro ante el mundo (hud vor der welt). Franc Marc. 1912. Oleo sobre lienzo. 110x 80 cm.
Franz Marc, pintor alemán (1880-1916), con este cuadro alcanza el máximo grado de empatía entre el hombre, la bestia y el paisaje en un mundo que no ha conocido ni la avaricia ni la locura del hombre. Su título alemán, Hund vor der welt, pierde gran parte de su resonancia cósmica al traducirse por Perro ante el mundo. Sin embargo, el cuadro mismo transmite el misterioso sentido de un gran perro blanco que, al modo de un meditabundo filósofo o poeta, está sentado sobre los cuartos traseros contemplando activamente una puesta de sol primordial que parece emanar del propio animal.
Marc era principalmente un pintor de animales y fueron sus grandiosas ambiciones espirituales las que lo condujeron a ese mundo infrahumano. Siguiendo el camino trazado por muchos pensadores y artistas del siglo XVIII, para quienes las sociedades primitivas y remotas representaban un estado superior y más auténtico de la existencia humana, más cerca de la naturaleza y sin corromper por el mal urbano, Marc fue aún más lejos al encontrar en la vida animal la esencia de la honestidad y la pureza.
El paisaje se convierte en un Oz espiritual que nos lleva desde la sugerencia de la materialidad de las piedras del primer plano hasta un entorno luminoso y de ensueño.
El Perro en el Arte del Rococo al Posmoderno. Robert Rosenblum. Editorial Nerea, S.A. 1989
Franz Marc, pintor alemán (1880-1916), con este cuadro alcanza el máximo grado de empatía entre el hombre, la bestia y el paisaje en un mundo que no ha conocido ni la avaricia ni la locura del hombre. Su título alemán, Hund vor der welt, pierde gran parte de su resonancia cósmica al traducirse por Perro ante el mundo. Sin embargo, el cuadro mismo transmite el misterioso sentido de un gran perro blanco que, al modo de un meditabundo filósofo o poeta, está sentado sobre los cuartos traseros contemplando activamente una puesta de sol primordial que parece emanar del propio animal.
Marc era principalmente un pintor de animales y fueron sus grandiosas ambiciones espirituales las que lo condujeron a ese mundo infrahumano. Siguiendo el camino trazado por muchos pensadores y artistas del siglo XVIII, para quienes las sociedades primitivas y remotas representaban un estado superior y más auténtico de la existencia humana, más cerca de la naturaleza y sin corromper por el mal urbano, Marc fue aún más lejos al encontrar en la vida animal la esencia de la honestidad y la pureza.
El paisaje se convierte en un Oz espiritual que nos lleva desde la sugerencia de la materialidad de las piedras del primer plano hasta un entorno luminoso y de ensueño.
El Perro en el Arte del Rococo al Posmoderno. Robert Rosenblum. Editorial Nerea, S.A. 1989
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